El dinero es un método de cambio, no es ni bueno ni malo. No tiene consciencia.

El individuo que actúa es el que utiliza este método de cambio para intercambiarlo por lo que desea, por lo que entonces sí que son sus acciones, es decir, lo que decide hacer con el dinero, lo que puede o no hacer mal a los demás.

Por ejemplo, imagina a una persona que usa el dinero que recibe por su trabajo para comprarse comida para él y su familia, o a un joven que gasta sus ahorros en comprarse un libro para leer o para pagarse una licenciatura.

Ahora imagina otra persona que le paga a un policía corrupto para que lo deje ir después de atropellar a alguien, o le paga dinero al juez para que lo deje libre.

Son dos formas distintas de usar el dinero, y éticamente todos podemos ver la diferencia.

La autora, Ayn Rand, nos hace reflexionar con las preguntas que hace y la perspectiva que nos ofrece del dinero y la razón por la que nos provoca desprecio o vergüenza:

“¿Adquiristeis el dinero por fraude? ¿Halagando los vicios o estupideces humanas? ¿Sirviendo a imbéciles con la esperanza de adquirir más de lo que vuestra habilidad merece? ¿Rebajando vuestros principios? ¿Realizando tareas que despreciáis para clientes hacia quienes sentís desdén? En tal caso vuestro dinero no os proporcionará ni un momento, ni el equivalente del valor de un solo centavo de auténtica alegría. Todo cuanto compréis se convertirá, no en un tributo a vuestro favor, sino en un reproche; no en un triunfo, sino en un constante evocador de vergüenza. Entonces gritaréis que el dinero es malo. ¿Malo porque no substituye al respeto que os debéis a vos mismo? ¿Malo porque no os deja disfrutar de vuestra depravación? ¿Es ésta la causa de vuestro odio al dinero? El dinero siempre seguirá siendo un efecto y rehusará reemplazaros como causa.»

No es el dinero el que perjudica, sino las acciones del actor. El actor es el malo, no el dinero.

Son los individuos que toman acción y utilizan el dinero para servirse a sí mismos, perjudicando a los demás, o simplemente lo utilizan para servirse a sí mismos sin perjudicar a los demás.

No es que el dinero sea bueno, sino que son los individuos quienes deciden usarlo para beneficiarse a sí mismos y a los demás.

Ayn Rand dice que el dinero es producto de la virtud, pero eso no nos librará de nuestros vicios:

“El dinero es producto de la virtud, pero no os conferirá virtud ni os redimirá de vuestros vicios. El dinero no os dará lo que no hayáis merecido, ni material, ni espiritualmente.”

Esa falsa idea de que el dinero es malo y que el mundo es un desastre, es lo que nos tiene hundidos en la pobreza mental y la polaridad, y nos impide utilizar este maravilloso invento y método de cambio para crecer, hacer el bien en el mundo, innovar, emprender, y hacer realidad nuestros sueños.

El dinero, como cualquier otra tecnología creada por el ser humano, es solo una herramienta; ya está en cada uno cómo la utiliza, pero no podemos culpar al dinero por el mal comportamiento y la falta de ética de quienes lo utilizan; el verdadero responsable es quien lo usa para hacer la guerra o para dañar a los demás.


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