Se necesita mucho valor para atreverse a hacer lo que realmente queremos.
Tampoco es imposible y, a veces, se tiene que hacer lo que se tiene que hacer, aunque los demás digan lo que digan.
Probablemente intenten hacernos sentir mal por lo que queremos, pero eso no importa, porque es más importante ejercitar la libertad de ser y decidir por uno mismo. Es justo ahí, en la madurez individual de tomar nuestras propias decisiones y asumir las responsabilidades que estas conllevan.
Pero eso sí, las emociones son nuestra brújula que nos guía hacia la gloria y el buen camino; y si no se siente bien, no es por ahí.


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