«Si eliminamos al capitalista que recibe intereses, provocamos la aparición del capitalista que consume capital. No hay entonces motivo alguno que pueda inducir al poseedor de bienes de capital a no consumirlos inmediatamente.»

Ludwig von Mises, La Acción Humana

Imagina que tienes una bolsa llena de manzanas y decides no comértelas todas hoy, sino guardar algunas para plantar árboles de manzana mañana. Eso es lo que hacen los dueños del capital cuando deciden no gastarse todo su dinero en cosas para ellos mismos, sino invertirlo en algo que pueda darles frutos a futuro. Si simplemente se gastaran todo sin pensar en mañana, al final no les quedaría nada hoy.

Ahora bien, si quitamos a la persona que prefiere esperar y obtener más manzanas con el tiempo (el capitalista que recibe intereses) solo nos quedan aquellos que prefieren comerse todas las manzanas hoy mismo sin pensar en el futuro (el capitalista que consume). Sin alguien dispuesto a esperar por más frutos, nadie guardaría sus manzanas para plantar árboles de manzanas; todos se las comerían de inmediato. Esto significa que nunca habría más árboles ni más manzanas después del primer festín.

Entonces ¿qué pasa si nadie quiere esperar? Bueno, básicamente acabamos viviendo solo el momento sin prepararnos para lo que viene después. Pero si entendemos la importancia de tener paciencia y planificar con nuestras «manzanas», podemos asegurarnos de no solo tener suficiente para mañana sino también para mejorar constantemente nuestra «huerta». Así vemos cómo ahorrar e invertir capital —nuestras manzanas— puede llevarnos a un futuro donde siempre tengamos suficientes recursos para disfrutar.

Ejemplos de la vida real que ilustran los conceptos de interés y ahorro

  1. Cuenta de ahorros bancaria: Cuando abres una cuenta de ahorros en un banco, este te paga un pequeño porcentaje de interés sobre el saldo que mantienes en la cuenta. Por ejemplo, si tienes $5,000 en tu cuenta de ahorros y el banco paga un 2% de interés anual, al final del año habrás ganado $100 en intereses ($5,000 x 0.02). Este es un ejemplo de cómo el ahorro genera intereses.
  2. Préstamo estudiantil: Cuando solicitas un préstamo estudiantil, la entidad financiera te presta una suma de dinero, pero debes pagar intereses sobre el monto prestado. Por ejemplo, si pides un préstamo de $20,000 con una tasa de interés del 5% anual, al final del primer año deberás pagar $1,000 en intereses ($20,000 x 0.05). Este es un ejemplo de cómo se pagan intereses por pedir un préstamo.
  3. Ahorrar para un viaje: Supongamos que quieres ahorrar $5,000 para irte de vacaciones el próximo año. Decides depositar $200 al mes en una cuenta de ahorros que paga el 3% de interés anual. Al final del año, tendrás $5,000 más $90 en intereses generados ($5,000 x 0.03). Este es un ejemplo de cómo el ahorro consistente más los intereses pueden ayudarte a alcanzar una meta financiera.
  4. Inversión en bonos: Si compras bonos del gobierno o de empresas, estos te pagarán intereses periódicos sobre el dinero que invertiste hasta su vencimiento. Por ejemplo, si inviertes $10,000 en bonos que pagan un 4% de interés anual, recibirás $400 al año en pagos de intereses.

En conclusión, el concepto de interés y ahorro es fundamental para entender la importancia de posponer la gratificación instantánea en favor de metas a largo plazo. El ahorro no solo implica acumular recursos, sino también adquirir bienes de inversión que pueden potenciar el crecimiento financiero. De esta manera, la capacidad de esperar y planificar con prudencia abre la puerta a un futuro más estable.


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