No seas esclavo de tus sueños. Que no se conviertan en tus dueños. La vida se nos va persiguiendo anhelos, sintiendo celos sin poder nunca conocer el reino de los cielos.

No hay que dejarse consumir por los sueños y anhelos, ya que estos pueden convertirse en una obsesión o esclavitud que impide disfrutar del presente y alcanzar la felicidad en su forma más pura. Como decía el filósofo griego Epicteto: «No te preocupes por lo que no está en tu poder o control».

Muchas personas que se enfocan demasiado en sus metas tienden a ser menos felices y más ansiosas. Esto se debe a que están constantemente pensando en el futuro y olvidándose del momento presente sin saborearlo, sin sentirlo pues el tiempo les pasa desapercibidos por estar atrapados en su mente.

Cuando permitimos que nuestros sueños sean los dueños de nuestra vida, perdemos nuestro libre albedrío. El filósofo francés Jean-Paul Sartre decía: «El hombre está condenado a ser libre», es decir, tenemos la libertad y responsabilidad para elegir qué hacer con nuestras vidas y cómo vivirlas.

Además, si nos aferramos demasiado a nuestros deseos e ilusiones podemos caer en sentimientos negativos como los celos. La filósofa francesa Simone de Beauvoir decía: «La envidia es una declaración de inferioridad», así que cuando comparamos nuestra vida con la de otros o sentimos celos hacia su éxito, estamos demostrando nuestra propia inseguridad.

Hay que tener objetivos claros en la vida, totalmente, pero también es importante aprender a disfrutar del camino hacia su consumación, sin dejar que ningún objetivo nos defina completamente. Como dijo el escritor estadounidense Ralph Waldo Emerson: «La alegría reside no tanto en poseer sino en desear», entonces, es el constante desear del mejoramiento continuo lo que nos incentiva a seguir adelante.

Es importante mantener un equilibrio entre los sueños y la realidad, disfrutando siempre del presente, lo único que existe, sin dejar de lado nuestras metas a corto, mediano y largo plazo. Como dijo el filósofo chino Confucio: «La vida es realmente simple, pero insistimos en hacerla complicada». Así que no hay nada mejor que dejar la complejidad para aprender a vivir simplemente cada día.

La vida es un proceso continuo de aprendizaje y crecimiento. Como decía el filósofo chino Lao Tzu: «El camino para ir adelante es retroceder». A veces, necesitamos tomarnos un tiempo para reflexionar sobre lo que realmente queremos en lugar de seguir ciegamente nuestros sueños. Debemos ser flexibles y estar abiertos a cambiar nuestra dirección si descubrimos que nuestro camino actual nos lleva a otro lugar del que queremos ir.


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